Asumir nuestra vocación laical, de manera consciente, desarrollando procesos que lleven a definir y poner en marcha las diferentes etapas de la vocación laical marista y que faciliten una nueva relación de comunión entre Hermanos y Laicos Maristas (1), privilegiando una presencia significativa entre los más necesitados, especialmente los niños y jóvenes.
(1) Se refiere a “la nueva relación de comunión entre Hermanos y Laicos Maristas” que pide el XXI Capítulo Generalpara una mayor vitalidad del carisma marista.
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